El agua viaja con vos
Cada vez que nos movemos por la ciudad, también movemos agua. El transporte consume agua de forma indirecta y masiva: desde la extracción y refinación de combustibles, la fabricación de neumáticos, autopartes y vehículos, hasta la construcción de la infraestructura vial que utilizamos a diario.
Es un consumo de agua que no vemos, pero que está presente en todo el ciclo de vida de los medios de transporte y que se suma a la huella hídrica global.
Además, el sector transporte está estrechamente vinculado al cambio climático: a mayor consumo de combustibles fósiles, mayores emisiones de gases de efecto invernadero y, al mismo tiempo, un uso intensivo de agua en la producción de energía y materiales.
Datos que impactan
- Se estima que producir 1 litro de nafta requiere entre 7 y 10 litros de agua. Esto varía dependiendo del área de extracción y las características naturales del área donde se encuentra el petróleo crudo.
- La fabricación de un automóvil puede requerir hasta 4.000 litros de agua. Además, una prueba de lluvia que es un proceso de control de calidad que simula condiciones de lluvia y otros escenarios de exposición al agua de los vehículos requiere una simulación de tormenta que consume hasta 150 litros de agua por m2, lo que equivale a unos 2.500 litros de agua por prueba (fuente: iAgua).
- El transporte representa casi un cuarto de las emisiones globales de CO₂ (fuente: IPCC). El 70 % de las emisiones directas del transporte provinieron de vehículos de ruta, mientras que el 1 %, el 11 % y el 12 % provinieron del ferrocarril, el transporte marítimo y la aviación, respectivamente. Gran parte de esa huella de carbono también impacta en el uso de agua en la cadena de producción y mantenimiento de esos medios de transporte.
Tu decisión cuenta:
Podés hacer que cada viaje sea más sostenible y menos demandante de agua:
- Para distancias cortas, siempre que sea posible, optá por caminar o usar bicicleta.
- Compartí traslados o usá transporte público siempre que sea posible.
- Si tenés auto, podés asegurarte de que funcione correctamente: un vehículo eficiente consume menos combustible y, por lo tanto, menos agua indirecta.
- Considerá la movilidad eléctrica o híbrida, que puede reducir significativamente la huella hídrica y de carbono en el largo plazo. Conocé sobre el Bus eléctrico, el nuevo modo de transporte en la Ciudad de Buenos Aires.
Cada vez que elegís cómo moverte, también decidís sobre el cuidado del agua.