La limpieza también consume agua
Las tareas de limpieza que realizamos todos los días, como lavar platos, ropa o pisos, generan un consumo directo de agua. Muchas veces usamos más de la necesaria o la desperdiciamos en hábitos de limpieza poco sustentables, lo que aumenta nuestra huella hídrica.
Cambiar ciertas costumbres, planificar las tareas de limpieza del hogar y ser conscientes a la hora de elegir ciertos productos o sistemas para limpiar pueden hacer una gran diferencia en el consumo de agua.
Datos que sorprenden:
- Un lavarropas puede gastar unos 100 litros de agua por ciclo y una canilla que gotea puede perder 46 litros por día (fuente: ERAS - Ente regulador de agua y saneamiento).
- Limpiar con manguera abierta una vereda o el patio en tu hogar consume 19 litros por minuto. Este hábito poco sustentable de limpieza puede consumir hasta 500 litros de agua potable. Para limpiar la misma superficie, mejor usá un balde que te permite alcanzar el mismo objetivo consumiendo solo 60 litros (fuente: Sociedad Aguas del Tucumán).
Pequeñas acciones, gran diferencia
- Juntá la ropa y aprovechá al máximo cada lavado.
- Usá programas cortos o ecológicos en el lavarropas.
- Remojá los platos y lavalos llenando la pileta. No dejes la canilla abierta mientras los enjabonás.
- Reutilizá el agua siempre que puedas para la limpieza de pisos.
- Revisá y repará siempre las fugas de las canillas.
- Usá esponjas y paños absorbentes que conservan y distribuyen mejor los productos de limpieza y evitan enjuagues reiterados.
- Elegí siempre productos de limpieza biodegradables que requieren menos agua para enjuagar. Usá productos de limpieza naturales no industrializados. Son amigables para el ambiente y consumen menos agua al limpiar.
Cada gota que ahorrás en tu hogar contribuye a proteger el agua dulce, un bien limitado y esencial.