Alimentación y huella hídrica
La producción de alimentos es responsable de la mayor parte del consumo de agua dulce a nivel mundial, utilizando cerca del 70% de las extracciones totales de agua en el mundo. Cada ingrediente que llega a nuestra mesa tiene una huella hídrica que incluye el agua usada para cultivar, procesar, empaquetar y transportar.
La huella hídrica de la alimentación es un indicador clave que conecta nuestro estilo de vida con la gestión sostenible del agua a nivel mundial. A medida que la población aumenta y el cambio climático altera los patrones de precipitación, la eficiencia en el uso del agua en la agricultura, la ganadería y la industria alimenticia se vuelve una prioridad.
Un dato que impacta
Las dietas con alto contenido de alimentos procesados y aquellas con un alto componente de productos de origen animal, especialmente carne de rumiantes, generan una huella hídrica mucho mayor que aquellas basadas principalmente en vegetales.
Para producir 1 kg de carne vacuna se necesitan en promedio 15.400 litros de agua con sistemas de alimentación bovina en feedlot, pero los bovinos alimentados por pastoreo consumen un 50% menos de agua.
Datos que impactan:
- 1 barra de chocolate de 100 gramos necesita entre 1700 y 2400 litros de agua para ser producida.
- Cultivar y fabricar el café necesario para preparar una taza de 125 ml requiere 140 litros de agua.
- Producir una taza de leche de 250 ml requiere aproximadamente 200 litros de agua.
- Producir 1 kg de tomates requiere alrededor de 214 litros de agua.
Fuente: Water Footprint Network
Tu acción cuenta:
- Incorporá más frutas, verduras y legumbres de estación en tu dieta.
- Priorizá alimentos locales para reducir la huella hídrica de transporte.
- Evitá el desperdicio: planificá tus compras y almacená bien los alimentos.
- Aprovechá sobras y compostá los restos orgánicos.
Cada decisión alimentaria no solo cuida tu salud: también cuida el agua del planeta.
Adaptado de Foodprint.org.